Cuencas maduras en crisis: Santa Cruz opera a pérdida y Chubut al límite


Chubut (EP) 20 de mayo ‘25. La producción de petróleo en las cuencas maduras del país atraviesa un declive acelerado que pone en riesgo la rentabilidad de provincias clave como Santa Cruz y Chubut. Un informe advierte que, con precios actuales, los números no cierran y que la situación podría empeorar si no se implementan incentivos urgentes para sostener la actividad y evitar una mayor caída en la producción.

La producción de hidrocarburos en cuencas maduras como la del Golfo San Jorge atraviesa una caída acelerada que pone en jaque la viabilidad económica de provincias como Santa Cruz y Chubut. A precios actuales del barril, los números no cierran: con un valor estimado de 65 dólares, Chubut logra apenas 2,6 dólares de ganancia por unidad, mientras que Santa Cruz ya opera con una pérdida de 2,1 dólares. Si el precio baja a 60, ambas regiones entran en terreno negativo, pero con una desventaja aún mayor para los yacimientos santacruceños, que llegan a perder hasta 5 dólares por barril.

Así lo detalla un informe del Observatorio de Economía de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco, elaborado por el economista Alejandro Jones. El estudio advierte sobre el ritmo crítico de declive en la producción convencional, que entre 2009 y 2025 acumula una baja del 51%, con una media anual del 3,2%, muy por encima del descenso natural esperado del 1,5% al 2%.

Santa Cruz encabeza esta caída. En los últimos cinco años, la producción se redujo un 49,8%, con un promedio alarmante del 10% anual. En contraste, Chubut registró una caída más moderada: tras un crecimiento del 4,5% entre 2009 y 2020, la merma en el mismo período reciente fue del 5% anual.

El informe subraya que la madurez geológica de las cuencas convencionales no alcanza a explicar por sí sola esta crisis: el verdadero problema radica en la estructura de costos y en la falta de incentivos adecuados para sostener la actividad. Según los cálculos, producir un barril en Santa Cruz cuesta 50,3 dólares, contra los 46,5 en Chubut. Frente a un precio de venta de 60 dólares, la rentabilidad neta es negativa en ambos casos, pero mucho más pronunciada en el sur santacruceño.

La urgencia de un nuevo marco de incentivos

Frente a este escenario, el informe propone una batería de medidas para reactivar las inversiones en cuencas convencionales. Estas se dividen en tres niveles: nacional, provincial y sindical.

A nivel nacional, se propone:

Eliminar las retenciones a la exportación.

Otorgar beneficios impositivos como IVA diferencial, aranceles cero a la importación de bienes específicos y una reducción del impuesto a las ganancias para empresas operadoras.

Habilitar mecanismos como la depreciación acelerada de activos.

A nivel provincial, se destacan:

Bonificaciones fiscales equivalentes a regalías reducidas.

Rebajas en el impuesto a los Ingresos Brutos, lo que tendría efecto en toda la cadena de valor.

Desde el plano laboral y social, se sugiere adaptar los convenios colectivos a la nueva realidad productiva, buscando mayor eficiencia sin comprometer derechos adquiridos.

El informe también analiza un proyecto de ley en tratamiento en el Congreso, impulsado por la diputada Ana Clara Romero. La iniciativa contempla medidas como la eliminación total de aranceles de exportación e importación, una reducción del IVA del 30% y deducciones fiscales significativas para nuevas inversiones.

Impacto fiscal bajo y beneficio a mediano plazo

Uno de los principales argumentos del estudio es que el costo fiscal de estas medidas sería bajo en relación con el beneficio esperado. En 2024, la producción convencional tuvo un peso marginal en la recaudación nacional: el impuesto a las ganancias representó menos del 2% de lo recaudado, y la reducción en la masa coparticipable para las provincias sería de apenas el 1,12%.

El objetivo no es revertir la caída de la producción —considerada inevitable por razones geológicas— sino reducir su ritmo para evitar un impacto más severo en las economías regionales y en la balanza energética del país.

El mensaje es claro: sin una política pública concreta, la declinación de estas cuencas será más rápida y perjudicial. Con incentivos adecuados, se puede al menos moderar su caída y garantizar una transición más ordenada en regiones que durante más de un siglo sostuvieron buena parte del petróleo argentino.

Gentileza ADN Sur

Fotografía El Financiero