Catamarca (EPatagonicas) 16 de Julio. – Una firma chilena, perteneciente al poderoso grupo Luksic, se valió de un mapa que muestra a una zona argentina como chilena. El espacio que utilizó para alojar residuos equivale cinco veces al estadio de River. Un funcionario ya perdió su puesto ante un reclamo que no da muestras de resolverse.

La disputa ha ido creciendo a tal punto que en los últimos días derivó en la salida de un funcionario de la primera línea política del país chileno.

El conflicto, que involucra millonarios montos en juego, vuelve a colocar sobre la mesa uno de los temas más ríspidos de la relación entre ambos países: los límites geográficos.

El inicio de las controversias tiene su origen en un choque de megaproyectos controlados por dos mineras «peso pesado» ubicadas a un lado y otro de la frontera.

En un «rincón», la compañía Glencore, que en la Argentina opera un yacimiento de envergadura como el de Bajo La Alumbrera, en la provincia de Catamarca.

Para tener idea de sus movimientos empresariales, este año se comprometió a invertir nada menos que u$s3.000 millones para extraer cobre de las reservas de El Pachón, en territorio sanjuanino.

Del otro, una compañía que propiedad del grupo chileno Luksic, el más rico de Chile, que fuera denunciada por depositar residuos contaminantes en terrenos de la primera. La empresa involucrada opera bajo el nombre de Los Pelambres.

Se trata de una demanda multimillonaria y el origen de la disputa es el límite geográfico que delimita donde empieza un país y termina otro.

Concretamente, la compañía chilena depositó toneladas de residuos mineros en una zona que, a su entender, pertenece a Chile. La otra empresa, por el contrario, afirma que ese es territorio argentino.

La primera enfatiza que para sus operaciones utilizó un mapa del Instituto Geográfico Militar confeccionado en 1985.

Éste fija el límite entre Argentina y Chile casi dos kilómetros al este de lo que está. Es decir, establece que una franja del territorio argentino fue «comida» por el país trasandino.

Según Glencore, la chilena ha dejado sobre tierras argentinas residuos mineros por unos 50 millones de toneladas de material rocoso y distintos insumos para la extracción (bajo el nombre de Cerro Amarillo).