Buenos Aires (EP) 7 de agosto ‘25. La firma Wood Mackenzie evaluó el rol que jugará el gas local en el vecino país cuando finalicen los contratos de importación de GNL. Advirtieron que la clave estará en los precios. Es sabido que el mercado chileno es atractivo para el gas natural argentino y así lo dejan en claro los gasoductos que unen a ambos países. Pero ahora, tras dos décadas de altibajos en la reputación argentina, la demanda trasandina podría hasta triplicarse según una consultora internacional que evaluó la oportunidad que representa el fin de los contratos de GNL. Chile es un país que no solo no cuenta con una producción propia de gas natural, con lo cual debe importarlo, sino que además en gran parte de su territorio la matriz energética está todavía unos pasos atrás, y depende de la leña. La prestigiosa consultora internacional Wood Mackenzie publicó recientemente un informe en el que no solo analizó el proceso de transformación del mercado energético chileno, sino que en el mismo realizó todo un apartado para enfatizar la oportunidad de crecimiento del gas argentino en el otro lado de Los Andes. El estudio detalló que en los últimos tres años las exportaciones de gas natural desde Argentina a Chile promediaron los 6 millones de metros cúbicos por día, pero que a partir del año que viene podrían crecer en forma exponencial y llegar hasta los 15 millones de metros cúbicos diarios. La oportunidad: el fin de los contratos de GNL El eje de la oportunidad argentina en el mercado chileno está en la finalización de los contratos de largo plazo de importación de gas natural licuado (GNL) que tienen los clientes chilenos y que en su mayoría finalizan en la siguiente década pero sumado a un conjunto estructural de ventajas del lado argentino. Por un lado, la Reversión del Gasoducto Norte fue señalada por la consultora Wood Mackenzie como un habilitador para expandir las exportaciones del gas argentino por gasoductos a Chile, utilizando sistemas más allá de los que hoy están en operaciones. Es que el estudio marca que el gran potencial para el gas natural argentino en el corto plazo está en convertirse en la energía de base de la zona central de Chile, relegando a la planta licuefactora de Quintero -por donde se importa el GNL- como el fuelle para los picos de demanda. Como sucede con Argentina, por la marcada estacionalidad, en esta zona del centro de Chile, más cercana a Santiago, se estimó que la demanda de gas fluctuará entre los 5 y los 14 millones de metros cúbicos diarios. En la zona sur de Chile y la región de Magallanes, el gas argentino será la base del aprovisionamiento que estará fuertemente impulsado por una mayor actividad en Methanex, la productora de metanol que proyecta llegar a procesar hasta 4,5 millones de metros cúbicos diarios. En estas regiones el aprovisionamiento alternativo es de GNL transportado en camiones para la zona sur y con la producción propia en Magallanes, que muestra un notorio declino y una dependencia casi total del gas argentino, proveniente del offshore, desde 2030. Competencia con las renovables Pese a esta oportunidad para el gas argentino, el informe de Wood Mackenzie advierte de dos situaciones que los productores de Vaca Muerta y Argentina en general, deberán tener en cuenta. Por un lado, la estrategia de precios del gas argentino será la determinante para definir el ritmo de reemplazo del GNL, en especial de cara a lo que se definirá ante el vencimiento de los contratos de importación que tiene Chile. Pero en segundo lugar, el vecino país está embarcado en un proceso de transformación integral de su matriz energética, con lo cual esta ventana de oportunidad al finalizar los contratos de GNL coincidirá con un mayor aporte de las energías renovables. La mayor presencia de las renovables en el segmento eléctrico augura una caída global en la demanda de gas para la generación térmica de Chile desde 2029, aunque su incidencia final dependerá también del punto donde se ubique la mayor demanda de energía eléctrica que se registre para esa fecha. Aunque claro está, que lo más importante será generar confianza en el mercado chileno sobre la estabilidad del suministro, algo en donde no ayuda el hecho de que a inicios de julio se hayan cortado nuevamente las exportaciones por la crisis que generó una ola polar. Gentileza https://www.rionegro.com.ar/ Fotografía Argentina.gob.ar