Bariloche usa hongos para favorecer la biorremediación de áreas hidrocarburíferas


Neuquén (EP), 31 de octubre ‘25. Se usan levaduras de la región andina. Los ensayos se llevan a cabo en la zona de Ñirihuau Arriba, a unos 35 kilómetros del centro de Bariloche, donde hay pozos de petróleo y, a su vez, en estaciones de servicio y lubricentros del casco urbano.

Investigadores del Ipatec, que depende del Conicet y la Universidad Nacional del Comahue, emplean levaduras de la región andina para favorecer la biorremediación en zonas hidrocarburíferas. Los estudios se llevan a cabo en dos ambientes distintos: la zona de Ñirihuau Arriba, a unos 35 kilómetros del centro de Bariloche, donde hay pozos de petróleo que se escurre directo al arroyo que desemboca en el lago Nahuel Huapi. Pero también se realizan en ensayos en estaciones de servicio y lubricentros en el casco urbano.

«Creemos que los hongos son capaces de remover, por lo menos, el 50% de los hidrocarburos«, sintetizó María Cecilia Mestre, directora del Laboratorio de Microbiología Aplicada y Biotecnología Vegetal y del Suelo del Ipatec, que depende del Conicet y la Universidad Nacional del Comahue.

Esa línea de investigación nació cuatro años atrás a partir de una tesis doctoral de Matías Soto Mancilla. «La biorremediación es una técnica que ya se conoce: se usan microorganismos para resolver algún problema de contaminación ambiental. En nuestro caso, trabajamos particularmente con hidrocarburos, pero también puede ser contaminación química en un basural o los efluentes industriales», detalló esta doctora en Biología que es investigadora adjunta del Conicet.

Por lo general, se emplean bacterias para la biorremediación. Sin embargo, los investigadores de Bariloche apostaron por lo hongos y, en especial las levaduras. «Tenemos un gran desarrollo en la diversidad de levaduras en Patagonia Andina. De modo que aprovechamos ese conocimiento para extenderlo a otras áreas con impacto en la sociedad. No nos quedamos solo en ver qué levaduras hay en el ambiente sino que buscamos herramientas para mejorar la vida», acotó Mestre.

Los resultados de este proyecto se dieron a conocer en el cuarto Congreso Argentino de Micología y en la novena reunión Latinoamericana de Micotoxicología que se llevó a cabo la semana pasada en Bariloche. Hubo 225 participantes de Argentina, Uruguay, Chile, Paraguay, Perú, Colombia, Puerto Rico y Brasil.

Cómo se genera la remediación

Los investigadores partieron de la base de que los hongos tienen una «batería enzimática amplia«. Es decir, producen una serie de enzimas capaces de romper compuestos -algo difícil de hacer químicamente-. «Hay hongos, por ejemplo, que degradan la madera. Si bien las casas de madera duran mucho tiempo, muchas veces uno ve árboles degradados en el bosque con muchos hongos a su alrededor. Hay levaduras que tienen la capacidad de degradar estos compuestos llamados aromáticos», resumió Mestre.

El estudio en este caso apunta a aprovechar esa «batería enzimática» de las levaduras para degradar compuestos complejos como los hidrocarburos.

«Las provincias patagónicas tienen una fuerte impronta en la industria petrolera, desde la extracción hasta el procesamiento. Eso puede generar focos de contaminación: un derrame accidental o un goteado en un evento de transporte», ejemplificó.

«Arrancamos en el campo de Ñirihuau donde hay pozos mal cerrados. Hay una vertiente natural de petróleo mal mantenido. En su momento, se quiso explotar, pero no había una buena calidad de crudo y quedó en la nada», comentó. Ese sector forma parte de la reserva de la Unesco: «No hay peligro de contaminación hacia los visitantes de la reserva, pero hay animales en la zona. Es un micrositio donde podemos hacer ensayos para luego, trasladar a otros sitios de la Patagonia».

Además, se avanzó en otros ecosistemas urbanos. «Hoy logramos aislar cerca 200 levaduras en el área urbana, y algunas más en el campo. Logramos seleccionar algunas que son capaces de asimilar diesel. Usan el diesel como fuente de carbono, lo transforman en biomasa -en más levadura- y lo sacan del ambiente», describió.

En Patagonia, mencionó, hay muchos pozos petroleros en zonas áridas en las que no todos los microorganismos pueden vivir. Por eso, más allá de la selección de levaduras, se inició un ensayo para conocer qué plantas nativas pueden vivir en ambientes de hidrocarburos. Los investigadores ya cuentan con una selección.

«Nuestra idea es usar microorganismos nativos de la Patagonia para resolver problemas de la región porque ya están adaptados a los períodos de sequía, al viento, a la flora», dijo y agregó: «Hay plantas que resisten los lugares donde hay contaminación, no introducimos plantas diferentes. La idea es recuperar el suelo y conservar el paisaje«.

La idea es llevar esas plantas nativas colonizadas por las levaduras a lugares donde haya derrames a fin de remover ese contaminante. Otra opción es ofrecer esas plantas con levaduras para armar canteros en estaciones de servicio o lubricentros.

¿Cuáles son los plazos de remediación? No hay un dato puntual. «En la biorremediación hay dos objetivos: la remoción donde se concentra el contaminante y su conversión. Las levaduras van a usar el contaminante, lo van a degradar rompiéndolo en compuestos mas simples que quedan disponibles, a su vez, para otros microorganismos», detalló.

El estudio que se gestó en Bariloche es innovador. Si bien hay algunas investigaciones vinculadas al uso de levaduras en Antártida, los investigadores hicieron un relevamiento sobre micorremediación a nivel mundial y el foco, por lo general, está puesto en las bacterias y plantas. «Muy pocos usan levaduras. Somos pioneros en esta área. Estamos innovando en una tecnología que, según se ha comprobado a nivel mundial, sirve. Lo que hacemos es trabajar con nuestros recursos», comentó.

Gentileza https://www.rionegro.com.ar