Vientos extremos golpearon Cerro Dragón y dejaron registros nunca vistos


Chubut (EP), 19 de noviembre ‘25. El viento cruzó los yacimientos petroleros con una fuerza que descolocó incluso a los equipos técnicos. Las estaciones internas de Cerro Dragón marcaron 312 km/h de viento constante y una ráfaga inédita de 352 km/h, un registro que no figura en antecedentes recientes de las operadoras de la zona.

Los datos provienen de instrumentos industriales, diseñados para el monitoreo continuo de estructuras críticas. Aunque no forman parte de redes meteorológicas oficiales, los valores muestran la violencia del fenómeno que avanza sin pausa sobre una amplia franja del sur chubutense.

La situación también golpeó Manantiales Behr y Diadema, donde el viento superó marcas excepcionales. Las ráfagas pasaron los 215 km/h y el promedio sostenido en algunos sectores llegó a 130 km/h, un nivel que obliga a suspender actividades sensibles y reforzar medidas de seguridad.

Uno de los registros más precisos se obtuvo en un pozo petrolero de Diadema. Allí, un anemómetro interno midió una ráfaga de 352,254 km/h acompañada por un viento promedio de 131,437 km/h, cifras que confirman la magnitud de las condiciones extremas que atraviesa la región.

Las empresas activaron protocolos especiales ante la magnitud del temporal. Las operadoras redujeron personal en zonas expuestas, cerraron accesos y ordenaron limitar tareas que puedan poner en riesgo a los equipos. En varios yacimientos se suspendieron actividades en superficie y se sostienen guardias mínimas hasta que mejore el panorama.

La preocupación crece en cada área petrolera. Los responsables de seguridad analizan minuto a minuto los informes de las estaciones internas y ajustan las decisiones según la evolución del viento. La prioridad es evitar incidentes por caída de estructuras, desplazamiento de materiales o afectación de equipos sensibles, un riesgo que aumenta de forma directa cuando el temporal rompe sus propios límites.

Aunque el fenómeno se repite a lo largo del día, los mapas operativos cambian con rapidez. La intensidad del viento vuelve inestables las tareas de transporte, mantenimiento y control de pozos. La orden es mantener el resguardo, asegurar instalaciones y esperar que el sistema se debilite, algo que por ahora no ocurre.

En zonas cercanas a los yacimientos, el impacto también se siente. Los accesos presentan baja visibilidad por polvo en suspensión y ráfagas cruzadas. Los trabajadores recomiendan evitar traslados innecesarios y permanecer en refugios, una conducta que ya aplican cuadrillas completas.

Las operadoras anticipan que los registros podrán variar durante la noche. Los técnicos prevén nuevas ráfagas intensas y sostienen que los equipos continuarán en monitoreo permanente. El temporal se convirtió en el evento más agresivo de la temporada y mantiene en alerta a toda la actividad petrolera de Chubut.

Gentileza https://lu17.com/

Fotografía El Patagónico