Buenos Aires (EP), 17 de diciembre ‘25. YPF vendió el 50% que tenía en Profertil y dejó atrás un negocio sensible para el agro argentino. Con esa decisión, la empresa especializada en urea granulada quedó bajo nuevos dueños y se cerró un recambio accionario que se venía gestando desde hace semanas.
La salida de YPF se sumó a la de Nutrien, que también se desprendió de su 50%. Con ambos tramos afuera, el control de la compañía ya quedó repartido: Adecoagro concentra el 90% y la Asociación de Cooperativas Argentinas (ACA) se queda con el 10%.
El monto global de la operación se ubicó en torno a los US$1.200 millones, según lo publicado en medios nacionales y lo informado por las partes. En el mercado se leyó como una transferencia de peso por el lugar que ocupa Profertil dentro del esquema productivo: el fertilizante define rendimiento, costos y decisiones de campaña, y cualquier cambio de estrategia se siente rápido en la cadena.
Adecoagro y ACA confirmaron el acuerdo con un comunicado. “Adecoagro SA (…) y la Asociación de Cooperativas Argentinas (ACA) (…) confirman la adquisición de Profertil SA, el mayor productor de fertilizantes de Sudamérica”, señalaron en el texto oficial.
Profertil no juega solo en números: su producción impacta en el abastecimiento interno, en la logística de entrega y en la previsibilidad del insumo. En años con márgenes ajustados, la disponibilidad de urea y su precio terminan de definir cuánto se fertiliza y, en consecuencia, cuánto se cosecha.
Adecoagro llega con un perfil agroindustrial amplio, con operaciones en Argentina, Brasil y Uruguay. Produce granos, alimentos y energía, y en los últimos meses quedó en el centro de la escena por el peso que ganó el mundo cripto en su estructura de control: Tether aparece como actor dominante dentro de la compañía.
Del lado de ACA, la participación del 10% refuerza un posicionamiento histórico en el entramado del agro. La cooperativa agrupa a decenas de entidades primarias y figura entre los grandes operadores del negocio granario, con presencia en acopio, logística y exportación.
Con la compra cerrada, el foco pasa a la nueva etapa: qué plan de inversión se activa, cómo se ordena la comercialización y qué señales recibe el mercado local. La empresa que abastece buena parte del fertilizante que usa el campo argentino ya tiene nuevos dueños, y la discusión ahora gira en torno a precios, abastecimiento y reglas de juego para la próxima campaña.
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Fotografía El Regional Digital