Chubut (EP), 29 de diciembre ‘25. Una deuda pendiente por un millón y medio de dólares y las responsabilidades por el saneamiento forman parte del menú de demandas del intendente Macharashvili. Además, apunta al “polo tecnológico” y a la “reactivación del parque eólico Morán”.
YPF ya está en otra cosa. Vaca Muerta, el shale, los récords de producción, las asociaciones estratégicas y el horizonte de exportación por 30.000 millones de dólares. Pero a más de 1.000 kilómetros de Neuquén, en la ciudad que fue durante décadas la cuna del petróleo argentino, el vínculo con la petrolera estatal sigue atravesado por cuentas pendientes, responsabilidades sin cerrar y una pregunta incómoda: qué hacer con los pasivos ambientales y urbanos que quedaron cuando la empresa decidió irse.
Ese fue uno de los capítulos más densos -y reveladores- de la entrevista que el intendente Othar Macharashvili concedió días atrás a ADNSUR, lo que se vincula directamente con una serie de informes que este medio viene publicando desde hace meses sobre el legado ambiental luego de más de un siglo de explotación petrolera en Comodoro Rivadavia, especialmente en las áreas que forman parte del ejido urbano municipal.
Un pasivo que todavía no se terminó de transferir
Según explicó Othar Macharashvili, pese a la operación de traspaso, la responsabilidad ambiental en el área conocida como Campamento Central, que atraviesa varios barrios de la ciudad, sigue siendo de YPF, al menos hasta hoy.
“Lo que todavía estaría faltando es que esté aprobada la transferencia de responsabilidades. Hoy sigue siendo responsable del pasivo en el ejido municipal, YPF”, afirmó.
Ese punto no es menor. En informes publicados por ADNSUR se advirtió que el relevamiento de pozos inactivos en el ejido urbano -una categoría que no está admitida por la ley, ya que sólo pueden estar activos o correctamente abandonados-, que lleva adelante el municipio, busca identificar plenamente alrededor de 1.700 perforaciones en esa condición.
Luego, será el momento de definir si están en condiciones de producir nuevamente, o si deben ser abandonados según la normativa vigente.
Sin embargo, en la práctica y hasta el momento, quien asume la responsabilidad por determinadas correcciones es el nuevo operador, es decir PECOM. El propio intendente puso un ejemplo concreto, al mencionar las obras para dotar de servicios la zona de Radio Estación, una urbanización sobre antiguos terrenos petroleros. Cada vez que aparece un ducto o una interferencia, es la operadora del grupo Pérez Companc quien envía contratistas para liberar la zona, lo que conlleva tiempos y demoras adicionales, según remarcó el jefe comunal.
La deuda de un millón y medio de dólares que sigue en discusión
Además del pasivo ambiental, hay un capítulo estrictamente financiero. Macharashvili confirmó que YPF mantiene una deuda cercana a 1,5 millones de dólares con el municipio, vinculada a la tasa por pozo establecida en la ordenanza tributaria local, una obligación que también se traslada a PECOM, tras la operación de venta.
“Administrativamente ya la hicimos exigible y próximamente vamos a avanzar por la vía judicial”, aseguró el intendente, dejando en claro que el diálogo continúa, pero que el margen para dilaciones se achica. “Seguimos charlando con YPF”, admitió, pero insistió en que esperan la respuesta formal de la operadora.
En este punto, ante la consulta de si le hubiera gustado un acuerdo similar al de Santa Cruz, en el que YPF acordó un programa de saneamiento escalonado de pozos, Macharashvili dijo que “no me quiero meter en ese ámbito, pero creo que no fue bueno ese acuerdo”.
Al volver la mirada sobre lo ocurrido en Chubut, recordó que “cuando nosotros hablábamos del pasivo ambiental, todos los actores nos reprochaban que ese planteo iba a afectar la inversión y la continuidad del empleo. Sin embargo, se hicieron las transacciones, no se hizo el saneamiento ambiental y no se generó más empleo. Por lo tanto, hubo baja de actividad, se perdió empleo y nos quedamos con el pasivo ambiental”.
Un reclamo que llega tarde, pero llega: ¿polo tecnológico y reactivación del parque eólico Morán?
Hay en el planteo del intendente una autocrítica implícita -y también generacional-. Durante décadas, nadie reclamó por los pasivos. “Hace 40 ó 50 años jugábamos en el campo con petróleo y nadie prendía alarmas”, recordó. Hoy, en cambio, cada derrame activa protocolos, multas y controles. El problema es que el daño se acumuló durante más de un siglo.
Por eso, el reclamo de Comodoro no se limita a tapar pozos o retirar caños. Apunta a algo más ambicioso -y más político-, según la postura de Macharashvili: que parte de los recursos extraordinarios que YPF volcó en Vaca Muerta, entre los que mencionó los 500 millones de dólares generados por la venta de Manantiales Behr, sirvan para financiar la reconversión productiva de la Cuenca del Golfo San Jorge.
Macharashvili recordó que en una renegociación anterior había quedado escrito el compromiso de avanzar con un polo tecnológico -el ITEC Golfo San Jorge- que nunca se concretó. También mencionó la posibilidad de que YPF participe en el revamping del parque eólico de ‘Antonio Morán’, no como subsidio sino como socio, integrando energía distribuida para la ciudad.
Con tierra no alcanza: hace falta inversión
Uno de los puntos más interesantes del planteo del intendente fue desmontar una idea recurrente: que con ceder tierras alcanza. “YPF puede darnos cinco hectáreas que valen 40 mil dólares cada una, pero ¿qué hacemos con eso si no hay capacidad de inversión?”, se preguntó.
La discusión, según su mirada, no es inmobiliaria sino estratégica: cómo transformar activos petroleros en capacidades productivas nuevas, en empleo, tecnología y energía más barata. Más que buenas intenciones, ese objetivo requiere financiamiento y decisión política.
¿Es posible reclamarlo a una compañía que tiene casi los dos pies fuera de la región, que proyecta exportaciones millonarias de petróleo y gas de Vaca Muerta, mientras busca aliarse con Mac Donald para reforzar la venta de hamburguesas en su cadena de estaciones de servicio?
El intendente prefirió no centrarse en el perfil y los objetivos de Horacio Marín, pero insistió en su idea: “Una empresa que vendió un área a 500 millones de dólares, cuando el valor era de 420, los otros 80 ó 100 pueden invertirse en desarrollo de la región por parte de una empresa de mayoría pública, con participación privada”, exigió.
Un pedido desde la cuna del petróleo
Mientras YPF consolida su nuevo perfil y mira hacia adelante, en Comodoro se hacen planteos que pueden sonar extemporáneos, aunque legítimos. La ciudad que sostuvo durante décadas buena parte del desarrollo energético del país no reclama privilegios, sino un cierre ordenado y justo de una etapa.
No se trata de chicanas ni de romanticismo petrolero. Se trata de responsabilidades pendientes y de encontrar un camino para sanearlas. Porque incluso en tiempos de hamburguesas gourmet y cocinas de autor, hay deudas que no se saldan con marketing, sino con políticas concretas.
Y en la cuna del petróleo, esa expectativa sigue viva. La duda es qué oídos están dispuestos a escuchar ese planteo.
Gentileza https://www.adnsur.com.ar/
Fotografía Actualidad Ambiental